lunes, 18 de marzo de 2013

El Viejo Violin de Harnett




OBRA:   El viejo violín de Harnett (1848-1892)
CORRIENTE:       Realista.
ESPACIO:            Tridimensional cerrado.
COLORES:           Fríos con algunos puntos cálidos.
TEMA:  Representar la realidad a través de la perfección del cuadro.
ELEMENTOS:    
·         Ejes horizontales y verticales que se compensan.
·         Estabilización de líneas angulares y curvas.
·         Representa estatismo.
El viejo violín, éste no sería más que un conjunto de simulaciones artificiosas y, una vez terminado el examen de los objetos imitados, perderíamos todo interés sin él. Sin embargo, sigue cautivándonos. Nos cautiva, porque es algo más que la imitación de un hecho visual: es una obra de arte. Esta pintura “natural” nada tiene de natural, salvo detalle por detalle. Además, el arreglo de los objetos es arbitrario. No es accidental, por ejemplo, la colocación vertical del arco alineado con otras verticales, como el eje dl violín, la rajadura entre las dos tablas del fondo, la porción vertical de las bisagras y aun las orillas derecha e izquierda del propio cuadro que nunca consideramos como parte de una pintura a pesar de que el artista está consciente de que deben incorporarse a la organización general. Este cuadro naturalista depende, en último término, de elementos no-naturales. Como es sólo una aproximación al objeto que imita. Como obra de arte, es un objeto independiente de sí mismo. La estabilidad armoniosa que llena El Viejo Violín no es producto de nuestra reacción a los objetos representados. Los objetos adquieren esta cualidad, y de ello tenemos conciencia, por su organización. Los mismos objetos podrían estar colocados de un modo inestable para crear la expresión contraria. Por lo tanto, aunque jamás podríamos decir que El Viejo Violín es una pintura expresionista, tiene elementos expresivos. El viejo violín, éste no sería más que un conjunto de simulaciones artificiosas y, una vez terminado el examen de los objetos imitados, perderíamos todo interés sin él. Sin embargo, sigue cautivándonos. Nos cautiva, porque es algo más que la imitación de un hecho visual: es una obra de arte. Esta pintura “natural” nada tiene de natural, salvo detalle por detalle. Además, el arreglo de los objetos es arbitrario. No es accidental, por ejemplo, la colocación vertical del arco alineado con otras verticales, como el eje dl violín, la rajadura entre las dos tablas del fondo, la porción vertical de las bisagras y aun las orillas derecha e izquierda del propio cuadro que nunca consideramos como parte de una pintura a pesar de que el artista está consciente de que deben incorporarse a la organización general. Este cuadro naturalista depende, en último término, de elementos no-naturales. Como es sólo una aproximación al objeto que imita. Como obra de arte, es un objeto independiente de sí mismo. La estabilidad armoniosa que llena El Viejo Violín no es producto de nuestra reacción a los objetos representados. Los objetos adquieren esta cualidad, y de ello tenemos conciencia, por su organización. Los mismos objetos podrían estar colocados de un modo inestable para crear la expresión contraria. Por lo tanto, aunque jamás podríamos decir que El Viejo Violín es una pintura expresionista, tiene elementos expresivos.

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