lunes, 18 de marzo de 2013

San Francisco Recibiendo los Estigmas de Van Eyck



OBRA:   San Francisco recibiendo los estigmas de Van Eyck.
CORRIENTE:       Realismo místico.
ESPACIO:            Tridimensional semiabierto.
COLORES:           Cálidos y fríos, predominado los primeros.
TEMA:  Representación del mundo. Cada detalle cubre un significado espiritual porque tiene un sitio en la armonía universal. Hay gran precisión en los diminutos detalles.
El San Francisco recibiendo los estigmas, de Van Eyck, pintura medieval de hace unos quinientos años, acomete la ordenación del mundo precisamente del modo contrario. En vez de simplificar, el pintor multiplica los detalles. Por paradójico que ello nos pueda parecer, era ésta la única vía razonable para un pintor medieval que requería poner el mundo en orden. El mundo medieval fue rico, violento, caótico, complicado, tumultuoso, de mucho colorido y totalmente contradictorio. Este cúmulo de contradicciones estaba unificado por el supuesto de que el universo en su totalidad era un sistema divinamente ordenado en parejas de contrarios. La época encontró en esta fe su armonía. El cielo se equilibraba con el infierno; el invierno, con el verano; la siembra, con la cosecha; el nacimiento, con la muerte. Cada virtud era la contraparte del vicio correspondiente. Y en esta armonía universal, ordenada por Dios , aun el detalle más insignificante del mundo tenía su lugar. Nada era accidental; todo tenía razón de ser. Para el mundo de la Edad Media el mundo de los hechos reales se fundía con el mundo de los milagros y con frecuencia se identificaba con él.

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